sábado, 9 de mayo de 2020

Carlos Mesa tras la sombra



Por: René Barrón Watteroth.
El Estado como un botín de guerra, los contratos con carácter de confidencialidad para las fuerzas Armadas y la policía, el Fondo Monetario Internacional (FMI) gravitando en la política económica del país, los reiterados anuncios del reinicio de relaciones diplomáticas plenas con los EEUU, las llamadas de los representantes del tío Sam, las donaciones, la inestabilidad política, la crisis económica, el anuncio de crear empleos para 600 mil personas, etc.; nos retrotrae a las mismísimas épocas del gobierno de Gonzalo Sánchez de Lozada, a la época en que las decisiones no se tomaban en el Palacio de Gobierno, sino venían redactadas en inglés, que la burocracia gubernamental se dedicaba a traducirlas y a aplicarlas como un recetario.

Pensar que el imperialismo no se percata de que los bolivianos estamos teniendo un “deja vu”, sería iluso, seria subestimar los atributos que le permitieron estar a EEUU donde ha permanecido durante el último siglo. Pues sus agentes, como Erick Foronda asesoran al actual #GobiernoDeFacto, no ignorando la realidad boliviana, tampoco su quizá poca pero existente memoria histórica. Ellos saben el efecto que puede tener en la sociedad boliviana, el hecho de haber roto el orden Constitucional con el ascenso de alguien que hasta antes de ello era completamente desconocida, saben del efecto que hay en que el gobierno ponga sin mucho disimulo a agentes norteamericanos como asesores, saben del efecto que se acuda a créditos con el FMI, se usen los bienes del Estado como si se tratase de bienes a nombre de la que actualmente preside el país y que se establezcan diálogos con el gobierno de EEUU en medio de la latente discusión en torno al Litio; todo esto y mucho más lo saben, pero ¿Porque no hacen nada para colaborar con un gobierno que les es completamente servil? ¿Por qué no hacen el mínimo esfuerzo en ayudar al gobierno a ocultar todas sus falacias?

Antes de responder estas interrogantes planteadas, procedamos a analizar el rol de un personaje que desde el #GolpeDeEstado, ha permanecido tras las sombras, ese personaje que con sus reuniones en Brasil, en Salta-Argentina fue uno de los principales  nexos y coordinadores detrás de ese golpe de Estado: Carlos Mesa Gisbert.

La actividad conspirativa de este personaje fue bastante intensa hasta consumado el golpe, pues este se convirtió en el principal punto de convergencia de la oposición, mientras el oponente político (el Movimiento al Socialismo MAS) perdía el control sobre la realidad del país y se encerraba en torno a un liderazgo que quedó atrapado entre aduladores, tránsfugas  y gallos de media noche.

Podría creerse que Carlos Mesa al haber pugnado por ir a segunda vuelta en las elecciones generales del Noviembre de 2019 (muy contraria a la línea del resto de la reacción) y no haber sido escuchado, significo que este fue utilizado. Pues esto sería también caer en el juego de subestimar a uno de los personajes más sutiles, útiles y serviles para el imperialismo; ya que esa fue en de las formas más astutas e inescrupulosas de quitarse de encima cualquier rastro y olor del golpe de Estado. Con la jugada de la segunda vuelta y la aparente desligazón del golpe y sus consecuentes consecuencias como la mascare de Sacaba y Senkata, las persecuciones políticas, las detenciones, etc., quedo con la imagen que toda su vida se esforzó en moldear: El concertador, el “inteligente”, el más razonable.

Permaneció con perfil bajo (aun lo hace), cuando aparece hace declaraciones que aparentan no tirar para ningún de los bandos, sino pretenden tenerlo en el medio, en el espacio del concertador. Cuando sale a mostrarse en la palestra, tal como lo hizo en su última intervención, lo hace criticando al MAS tratando de mostrar distancia del gobierno de facto, pues sabe que en gran parte de la población quedo impregnada la macabra imagen que se construyó en torno al gobierno de Evo Morales a través de los medios de masas, y está plenamente consciente que el actual gobierno no tiene chances de ser un oponente electoral al MAS, por todo lo descrito de forma genérica en el primer párrafo del presente texto. Es decir prefiere no salir y exponerse para no impregnarse de los defectos de ninguno de los contendientes electorales, pues el trabajo sucio esta hecho, se aprobó el decreto que otorga a las contrataciones de los aparatos represivos carácter de confidencialidad, ya tenemos de nuevo en la vida económica del país al FMI y estamos viviendo un crisis democrática más paupérrima que en la del gobierno del MAS. Se escuchará decir a muchos de nuestros ilustres analistas políticos y toda la masa reaccionaria del país: Él (Carlos Mesa) es ahora la opción más “equilibrada” y la única opción más razonable al MAS.

Si Carlos Mesa llega al gobierno no necesitará aplicar medidas traumáticas, pues ya se las abran aplicado el actual gobierno desechable de Jeanine Añez, de esta forma se responden las interrogantes planteadas, ya que Carlos Mesa seria el salvador del país, uno al servicio de los EEUU sin aparentemente tener nexos visibles con el norte.
Muchos cuestionarán y dudarán en que el gobierno de facto no puede ser tan estúpido como para exponerse sin darse cuenta que está siendo utilizado por el imperialismo, pues deberíamos preguntarnos también: ¿Qué se puede esperar de gente que jamás había imaginado tener el gobierno y de un día para otro tuvieron control del enorme aparato que dejo el gobierno del MAS?
Una prueba tangible, de la facilidad en que el gobierno actual cumple el rol de tonto útil, es la forma en que procedió a responder la ley de postergación de las elecciones: ¿Si fueran consecuentes con su discurso, no hubiesen esperado el plazo máximo para mandar las observaciones respectivas a la Asamblea?
Con esta última pregunta, también sale a la luz el adormecimiento del MAS, que a pesar de las derrotas sufridas en el campo político, sigue sin ver la realidad y cayó en la trampa y juego diseñado por el imperialismo, que como candidato preferido tiene a Carlos Mesa, ultimo que es muy cercano al Salvador Romero – Presidente del Tribunal Supremo Electoral, cabe resaltar. Tiene el imperialismo a Tuto Quiroga que sirve de catalizador para que el gobierno de facto, Fernando Camacho mantengan un discurso radical e incluso impopular, pero útil para Carlos Mesa su centrismo y oportunismo político a nombre de concertación.

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