miércoles, 17 de febrero de 2021

El “apolítico” y el sistema

 Por: René Barron Watteroth*

No es el Covid-19, ni siquiera el político corrupto, ni tus compatriotas o ciertos individuos “vagos y sin educación financiera” que eligen a los mismos de siempre, la génesis y responsable de la actual crisis económica que vivimos; crisis que como siempre se la carga a espaldas de los trabajadores, campesinos, pequeños comerciantes y desocupados.

El político corrupto no estaría ahí si los que creen ser correctos y se jactan de “no ser políticos” le dejasen la vía libre; acto y resultado que paradójicamente no es otra que la concretización de esa posición política de “apolítico”. Y no, no se trata de alimentar tu ego o de idolatrar el ejercicio del poder político en y desde el Estado, o como representante de alguna agrupación política, se trata de tener consecuencia entre lo que piensas que es correcto y que haces para objetivar ese pensamiento, y uno de los caminos para poder generar un cambio en función a tus ideas, es agrupándote con otros y otras que piensan como tú, para formar una estructura y liderarla si es posible y necesario. Lo contrario es sólo dar opiniones vacías y  posicionarse entre los cobardes que frente a la posibilidad de fracasar optan por hacer nada, que frente a la inevitable posibilidad de quedar embarrado, ya sea por guerra sucia o calumnias, prefieren mantenerse la imagen de pulcros, no mostrando otra cosa que vil egocentrismo.

Ese afán de ser “apolítico”, finalmente te condena a la ignorancia frente a las doctrinas ideológicas que guían a los partidos y representantes políticos en sus acciones. Implícitamente te obligan a ignorar y  aborrecer los debates “políticos”, económicos e ideológicos y acaban de hacer prevalecer en tus pensamientos y acciones el instinto de supervivencia y adaptación al sistema actual que te dibuja y muestra el mundo a través de una pantalla. Es decir, acabas adaptando tu ejercicio de poder político al ejercicio de ese poder político que tanto aborreces, ya que terminas por convertir en dogma los valores, éticas y moral de los que ejercen ese poder. Ejerces poder político en calidad de repetidora de las clases políticas a las que tanto aborreces, últimos que además en el sistema en el que vivimos, tienen ilimitadas posibilidades de fortalecer ese ejercicio político, ya que están respaldados o son parte un sector minoritario de la sociedad que posee un enorme arsenal económico.

Es más, inconscientemente todos sabemos que el fin último de todas nuestras acciones se circunscriben a la economía, sabemos que nuestros pensamientos y acciones parten desde el hecho de sentir si tienes o no el estómago lleno, de ver el medio en el que te encuentras y de palpar tus bolsillos. Pero, este aspecto tendemos a negarlo, buscando culpables entre fantasmas o ideas como: “No tengo dinero por que no trabajo más”, “aquel o aquella son pobres porque así lo quisieron, pues no se esforzaron” y otras, que nos lo han ido implantando esos políticos corruptos, a través de sus leyes, el sistema educativo, el aparato propagandístico y mediático que tienen para ejercer su poder político.

Acabo este pequeño texto contándote que todos estos razonamientos, que esperamos generen debate y confrontación de ideas, no son nuevos, se tratan en la filosofía cuando se analiza si primero está la materia o la idea, es decir para este caso, si se piensa en función a tu situación económica o tú situación económica es producto de tus ideas. Estos debates se tratan desde los postulados y corrientes de economía política partiendo de Adam Smith o Carlos Marx, donde unos defienden el libre mercado y los “divinos privilegios” de algunos sectores de la sociedad frente a otros, y los otros critican esa lógica y proponen deshacernos de esas ideas impuestas por las élites, para ver y analizar desde la base económica la realidad y transformarla.

Todo esto se trata de la supervivencia de la humanidad como especie, se trata de conocer los sistemas económicos, desde el debate político ideológico y no desde las bases morales, éticas y hasta religiosas impuestas por los que se favorecen del  actual sistema. Por ello dejemos de huir y refugiarnos como cobardes y hablemos de capitalismo, socialismo, comunismo, anarquismo, marxismo, indigenismo, indianismo, revolución,  etc.

Dedico este texto en conmemoración a los hermanos Chato Peredo y Felipe Quispe – Mallku.

¡Que viva el movimiento popular! ¡Muerte al imperialismo y el neoliberalismo! 

*Militante de Columna Sur Chuquisaca