Por: Mauricio Bustamante Rivero*
miércoles, 10 de marzo de 2021
POPPE Y SUS CONTRADICCIONES
miércoles, 17 de febrero de 2021
El “apolítico” y el sistema
Por: René Barron Watteroth*
No es el Covid-19, ni siquiera el
político corrupto, ni tus compatriotas o ciertos individuos “vagos y sin
educación financiera” que eligen a los mismos de siempre, la génesis y
responsable de la actual crisis económica que vivimos; crisis que como siempre
se la carga a espaldas de los trabajadores, campesinos, pequeños comerciantes y
desocupados.
El político corrupto no estaría ahí si
los que creen ser correctos y se jactan de “no ser políticos” le dejasen la vía
libre; acto y resultado que paradójicamente no es otra que la concretización de
esa posición política de “apolítico”. Y no, no se trata de alimentar tu ego o
de idolatrar el ejercicio del poder político en y desde el Estado, o como
representante de alguna agrupación política, se trata de tener consecuencia
entre lo que piensas que es correcto y que haces para objetivar ese
pensamiento, y uno de los caminos para poder generar un cambio en función a tus
ideas, es agrupándote con otros y otras que piensan como tú, para formar una
estructura y liderarla si es posible y necesario. Lo contrario es sólo dar
opiniones vacías y posicionarse entre
los cobardes que frente a la posibilidad de fracasar optan por hacer nada, que
frente a la inevitable posibilidad de quedar embarrado, ya sea por guerra sucia
o calumnias, prefieren mantenerse la imagen de pulcros, no mostrando otra cosa
que vil egocentrismo.
Ese afán de ser “apolítico”, finalmente
te condena a la ignorancia frente a las doctrinas ideológicas que guían a los
partidos y representantes políticos en sus acciones. Implícitamente te obligan
a ignorar y aborrecer los debates
“políticos”, económicos e ideológicos y acaban de hacer prevalecer en tus
pensamientos y acciones el instinto de supervivencia y adaptación al sistema actual
que te dibuja y muestra el mundo a través de una pantalla. Es decir, acabas
adaptando tu ejercicio de poder político al ejercicio de ese poder político que
tanto aborreces, ya que terminas por convertir en dogma los valores, éticas y
moral de los que ejercen ese poder. Ejerces poder político en calidad de
repetidora de las clases políticas a las que tanto aborreces, últimos que
además en el sistema en el que vivimos, tienen ilimitadas posibilidades de fortalecer
ese ejercicio político, ya que están respaldados o son parte un sector
minoritario de la sociedad que posee un enorme arsenal económico.
Es más, inconscientemente todos sabemos
que el fin último de todas nuestras acciones se circunscriben a la economía,
sabemos que nuestros pensamientos y acciones parten desde el hecho de sentir si
tienes o no el estómago lleno, de ver el medio en el que te encuentras y de
palpar tus bolsillos. Pero, este aspecto tendemos a negarlo, buscando culpables
entre fantasmas o ideas como: “No tengo dinero por que no trabajo más”, “aquel
o aquella son pobres porque así lo quisieron, pues no se esforzaron” y otras,
que nos lo han ido implantando esos políticos corruptos, a través de sus leyes,
el sistema educativo, el aparato propagandístico y mediático que tienen para
ejercer su poder político.
Acabo este pequeño texto contándote que
todos estos razonamientos, que esperamos generen debate y confrontación de
ideas, no son nuevos, se tratan en la filosofía cuando se analiza si primero
está la materia o la idea, es decir para este caso, si se piensa en función a
tu situación económica o tú situación económica es producto de tus ideas. Estos
debates se tratan desde los postulados y corrientes de economía política
partiendo de Adam Smith o Carlos Marx, donde unos defienden el libre mercado y
los “divinos privilegios” de algunos sectores de la sociedad frente a otros, y
los otros critican esa lógica y proponen deshacernos de esas ideas impuestas
por las élites, para ver y analizar desde la base económica la realidad y
transformarla.
Todo esto se trata de la supervivencia
de la humanidad como especie, se trata de conocer los sistemas económicos,
desde el debate político ideológico y no desde las bases morales, éticas y
hasta religiosas impuestas por los que se favorecen del actual sistema. Por ello dejemos de huir y
refugiarnos como cobardes y hablemos de capitalismo, socialismo, comunismo,
anarquismo, marxismo, indigenismo, indianismo, revolución, etc.
Dedico este texto en conmemoración a los
hermanos Chato Peredo y Felipe Quispe – Mallku.
¡Que viva el movimiento popular! ¡Muerte al imperialismo y el neoliberalismo!
*Militante de Columna Sur Chuquisaca
jueves, 7 de enero de 2021
LOS PARTIDOS POLÍTICOS EN EL LABERINTO CULTURAL BOLIVIANO
Por: Mauricio Bustamante Rivero*
Los distintos medios de comunicación informan hace varias semanas y con el
morbo acostumbrado, sobre las peleas internas de los partidos políticos en
Bolivia, que definen sus candidaturas subnacionales a través de conflictos, (des)alianzas,
renuncias y también violencia.
¿Podemos escapar de la lógica de bandos para analizar estos hechos con mayor profundidad? Miremos todo esto con ojos críticos, con aquella mirada de vigía que reclamaba Marcelo Quiroga Santa Cruz, la que nos alerta sobre algún peligro y nos convoca a la acción.
Desarrollemos cuatro ideas básicas para sumergirnos en esta discusión. Primero, definamos de manera genérica pero esencial, que un partido político agrupa a muchas personas que comparten una manera de ver el mundo, vislumbran un horizonte común y buscan implementar sus postulados a través de la toma del poder. Segundo, a esta definición sumemos como aditamento, un conjunto de elementos importantes para estudiar a los partidos políticos: (i) ideología o programa; (ii) estructura orgánica; (iii) capacidad de expansión territorial; y (iv) institucionalización.
Tercero, sobre la base de estos elementos, analicemos la teoría y su contraste con la realidad. La ideología, el programa o la visión de país que tiene un partido político, es su principal característica y establece su 'idea original', marca el 'instinto colectivo' de nacimiento de su estructura social. Coloquemos un ejemplo sobre la importancia de este punto. El MNR del 52 desarrolló una tesis política brillante con Carlos Montenegro, que consideraba esencial la nación como principio elemental de la lucha anticolonial contra el sometimiento a potencias extranjeras. Esa fue una idea fuerza que marcó una época histórica en Bolivia. Pero, le sobrevino un tiempo de condensación e inflexión, que propició un cambio de timón por parte del MNR, que en 1985 promulgó el Decreto Supremo 21060, generando un conjunto de medidas antipopulares como la relocalización, los despidos masivos y la informalidad de la economía boliviana (vigente hasta nuestros días). Este cambio de ideología afectó al partido y ocasionó su división en diversas facciones; pero a la larga, fue un factor decisivo para que ingrese en un franco proceso de desgaste y decadencia. Sencillamente, se volvió un partido sin credibilidad, histórico pero incongruente, y esa incoherencia fue su cruz.
Pero la ideología del partido no se sostiene sola, requiere de una estructura orgánica. Ahí es donde nacen instancias de deliberación y decisión como el congreso, la asamblea general, el ampliado, el comité central, las comisiones, las células, los frentes, las reuniones, etc. El trabajo de la estructura es mantener a toda la militancia organizada y consciente de la ideología, procurando ampliar la presencia del partido territorial y sectorialmente. Para lograr eso es importante que la estructura funcione disciplinadamente y despliegue procesos de formación política serios y permanentes, que a su vez promuevan nuevos liderazgos capaces de seguir con el trabajo de cualificar a la organización, brindándole un sentido de relevancia, trayectoria e institucionalización.
Uno de los problemas más álgidos de este proceso surge cuando existe una desconexión entre la ideología y la acción política de la militancia, precisamente cuando se logra un determinado espacio de poder. Allí surge otro componente significativo del partido, el 'instinto selectivo' que es el interés por mantener un espacio de poder más allá del programa o 'instinto colectivo'. Dicho de otro modo, surgen intereses sectoriales y pugnas porque nadie quiere quedarse sin un pedazo de la torta, convirtiendo el poder en un fin y no en un medio para transformar la sociedad. Este aspecto es igualmente riesgoso para un partido político, porque si la ideología o savia no se transmite a toda la estructura, permitiendo elegir a las y los mejores cuadros sin disputas corporativas o componendas de pasanaku, y promoviendo una acción política más sustantiva, el poder va a corromper al partido y el éxito político será algo pasajero.
¿Pero cómo crece o se expande un partido? Es el efecto de un buen trabajo
político, de una gestión pública exitosa y de un proceso coherente de
comunicación política. Empero, el riesgo de crecer sin tomar en cuenta la
formación política y la disciplina de la estructura orgánica, ocasiona que
ingresen personas que terminan distorsionando la ideología y actúan en función
a sus intereses. Por eso es vital tener una idea clara si se quiere que lo
sustancial esté por encima de lo superficial. Y, si bien la ideología tiene sus
propios prolegómenos, precisamente porque se basa en distintos modos de ver el
mundo, es importante situarla mirando e interpretando correctamente la realidad
social, para que la militancia pueda acercarse y vivenciar más las
preocupaciones de la gente, con el objetivo de resolver sus problemas más
apremiantes desde un enfoque estructural.
Finalmente, asumamos una crítica hecha por Sergio Almaraz hace 56 años, que establecía que las diferencias entre política y violencia se habían borrado en el país: “Si la violencia es un pozo profundo del que para salir hay que hacer un relleno de vidas, los bolivianos estamos acercándonos peligrosamente a la negra boca”. En otro escrito, sentenció que el racismo y la intolerancia eran rasgos definitorios del atraso social y cultural de Bolivia.
El año pasado hubo un golpe de Estado, sentidas masacres y estuvimos bordeando el límite de una guerra civil. ¿Seguiremos otros 56 años en este laberinto cultural? ¿O cambiamos la educación, la cultura e insistimos en la formación antes que en la degeneración?.
*Militante de Columna Sur
miércoles, 6 de enero de 2021
ELECCIONES SUBNACIONALES Y TERRITORIALIZACIÓN DEL PODER
Por: Gudnar Fernández*
La democracia en Bolivia se recuperó el año
pasado con la fuerza del voto del pueblo boliviano, un pueblo que resistió y
luchó contra el golpe de Estado cívico militar y empresarial. La victoria se alcanzó
por la firmeza del “Bloque Social Popular”, que durante once meses resistió la
persecución, el racismo, la discriminación y la represión de los grupos paramilitares
y de corte fascista, principalmente en los departamentos de La Paz, Cochabamba
y Santa Cruz. Por ello, la unidad del bloque popular debe mantener un carácter
nacional y la claridad ideológica de saber identificar al adversario político,
que hoy espera agazapado para tratar de recuperar terreno en las elecciones
subnacionales.
A la luz de los acontecimientos, queda claro
que en las elecciones nacionales, Camacho pretendía consolidar su bancada
nacional para luego negociar y materializar un bloque político de extrema derecha
en el oriente boliviano. Por eso su prioridad actual es la lucha por mantener
el poder hegemónico de clase en su territorio, lo que conlleva una gran pelea territorial
con diferentes logias cruceñas. Y, por otro lado, apertura un espacio de polarización
y lucha ideológica con el movimiento popular.
Asimismo, en otros departamentos del país, la
derecha boliviana no tiene otro camino que atrincherarse en sus regiones buscando
hacer lo que mejor saben: organizarse y conspirar con cúpulas oligárquicas para
tratar de captar los gobiernos locales de las Entidades Territoriales Autónomas.
Han asimilado que su derrota el 18 de octubre, significó un golpe duro a sus intereses
de sector y de clase. Por ello recurrirán nuevamente a sus viejas armas: la
demagogia, la mentira y la prebenda como mecanismos para captar votos. Al
frente, el “Bloque Social Popular”(sujeto colectivo heterogéneo) que depositó
su confianza en el MAS a nivel nacional, deberá mantener la unidad, la unidad y
la unidad. Pero la unidad debe promoverse a partir de un acuerdo programático,
es decir, a partir de propuestas de cambio que sean trascedentes para resolver
los problemas de la gente en cada territorio, y mostrando que se tienen
candidatas y candidatos con ética pública, principios y visión estratégica para
superar las crisis que vivimos.
La lucha se trasladó a cada territorio y tiene
un marco de discusión profundamente ideológico. La tarea es impulsar el proceso
de formación política e ideológica de las organizaciones sociales y populares,
para que encarnen las propuestas de transformación al servicio del pueblo, que
debe ser quien gane en las próximas elecciones subnacionales.
*Militante de Columna Sur Tarija
martes, 27 de octubre de 2020
LUCHO ARCE Y EL RETORNO A LA DEMOCRACIA
Por: Marco Antonio Nina Palli
La elección general del 18 de octubre fue uno de los
hechos políticos más intensos y de gran incertidumbre que vivió Bolivia en el
siglo XXI, producto de una población polarizada que fue generada por diferentes
elementos coyunturales e, incluso, históricos. Aquí debemos ser objetivos para
poder generar un marco interpretativo real. El MAS en su gestión de casi 14
años se fue desgastando naturalmente, como cualquier partido político que
detenta el poder por mucho tiempo; pero principalmente, fueron los hechos de
corrupción y el intento de modificar la norma jurídica, repostulación, las que
terminaron de desgastar aún más la imagen del proceso de cambio.
Entonces, en los hechos lo que ocurrió fue una lectura
errónea de la realidad, sobre las percepciones de un sector poblacional y la
falta de atención sobre las experiencias de reelección que vivió Bolivia,
especialmente de Siles Reyes y Paz Estenssoro. Estos elementos son los que
permitieron a la derecha la construcción de un eje discursivo para descalificar
y desvalorizar el proceso de cambio. Por otra parte, el rasgo caudillista del
primer presidente indígena Evo Morales estaba provocando dentro de la estructura
del MAS, de alguna forma, el letargo de la formación de nuevos cuadros que
puedan gravitar en el espacio político o que puedan generar nuevos escenarios
políticos. Pero, en realidad lo más riesgoso fue que el proceso de cambio
empezó a verse como un rasgo propio de Evo Morales, inseparable de su figura,
lo cual ligaba su suerte a la del proyecto revolucionario, hecho que
seguramente será discutido en los siguientes años.
Los elementos históricos, son aquellas relacionadas
con los problemas profundos enraizados en casi cinco siglos. Autores, como
James Malloy; Alcides Arguedas; Rene Zabaleta; Sergio Almaraz; y varios, hablan
sobre las dos bolivias, cada uno con sus propias categorías. Este problema no
solo es regional, sino también rural y urbano; estas diferencias, hacen que no
podamos construir una identidad nacional, del mismo modo, el racismo es un
elemento que provoca una incisión entre la población boliviana. Es decir, es
totalmente falso la retórica de la derecha, que tanto el proceso de cambio y el
MAS son los responsables de la división societal de Bolivia. El hecho de que se
reivindique aquellos derechos del horizonte histórico de nuestros movimientos
sociales e indígenas, no permite argumentar que estos problemas profundos, que
por esencia claramente te demuestran lo contrario, son generados y
profundizados desde el MAS.
¿Monumental Fraude Electoral?
Ahora, los resultados de las elecciones del pasado 18
de octubre, te permiten explicar de forma contundente los hechos sucedidos en
este último año, especialmente de octubre y noviembre del 2019. Primero que
nunca hubo un “fraude monumental” y segundo que existió un “Golpe de Estado”.
Hasta ahora, existen varias publicaciones, investigaciones y análisis que
sostienen, incluso, científicamente que no existió fraude y que dejan entre
dicho el informe de la OEA. Esta determinación de la OEA sobre las elecciones
de octubre del 2019, es la piedra angular de la retórica del “monumental
fraude” de políticos y analistas adversos al MAS.
El informe de la OEA se limitó a realizar una
auditoría del TREP, que no es un conteo definitivo ni legal, y con un universo
de análisis de 4.652 actas, que pertenecen a las zonas rurales. Según el
informe, se encontraron 226 actas “irregulares” de las 4.652 actas analizadas,
es decir, el 4.8% de 4.652 actas. Entonces, la OEA concluye afirmando que el
total de estas 226 actas, 0,24% del total de actas, son las que permitieron dar
la victoria al MAS en primera vuelta; pero, si suponemos que el total de votos
de las 226 actas, recordemos 0,24% del total de actas, corresponden a Comunidad
Ciudadana (CC), el resultado del proceso electoral es 46,83% para el MAS y
36,75% para CC, dando la victoria al MAS de igual forma. En ese sentido,
algunos hechos y los resultados de las elecciones del 2020 marcan serias
contradicciones en el accionar de la OEA y sobre las 226 actas que fueron
observadas como “irregulares” por tal organismo, en octubre del 2019. Primero,
la OEA respalda la suspensión del nuevo Sistema de Difusión de Resultados
Preliminares (DIREPRE) ante fallas técnicas; pero en 2019, el cuestionado
sistema TREP, recordemos no vinculante, sirvió para desacreditar un proceso
electoral y poner en vilo su transparencia; Segundo, las 226 actas observadas
como “manipuladas” concuerda claramente con los resultados obtenidos en el las
elecciones del 2020, según el Centro
Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (CELAG): https://bit.ly/3ov2N4K
Estos elementos confirman los estudios realizados por:
Jack Williams y John Curiel, MIT Election Data and
Science Lab; Francisco Rodríguez, economista, Universidad de Tulane; Dorothy
Kronick, politóloga, Universidad de Pennsylvania; y Nicolas Idrobo, estudiante de doctorado, Universidad
de Pennsylvania. Estos estudios,
publicados en el The New York Times y The Washington Post, sostienen que los
patrones de votación son perfectamente explicables. Por otro lado, si
realizamos un estudio comparativo sobre el comportamiento histórico electoral
en el tramo final de conteo, incluso en el referéndum del 21 febrero del 2016,
encontraremos que la tendencia del MAS deja de ser constante y comienza a
acrecentarse, esto es debido a que los votos rurales, que tradicionalmente
votan por el MAS, son más lentos de escrutar por la geografía e infraestructura
que cuenta.
El
24 de agosto de 2020, The Center for Economic and Policy Research (CEPR), en su
página web, publicó que en el informe final de auditoria de la OEA sobre las
elecciones de Bolivia, 2019, presenta un error fatal en el análisis de los
datos, donde los datos de las marcas de tiempos estaban ordenas
alfanuméricamente, ya que la explicación de la alusión de la OEA, “un cambio
drástico y difícil de explicar en la tendencia de los resultados preliminares”,
debía ser analizada en orden cronológico de los datos y no en orden
alfanumérico, para más información: https://bit.ly/35xoh8v
En
conclusión, en las elecciones del 2019 no existió fraude. El informe de la OEA
no aporta prueba alguna que pueda resultar definitiva para demostrar el
supuesto “fraude”. En efecto, los resultados de las elecciones del 2020, MAS
55,10% y CC 28,83%, corroboran que no existe otra explicación que no sea
efectivamente que el MAS sacó el 46,97% en las elecciones del 2019 y para que
logre el 55,10%, del 2020, jugaron otros elementos que más adelante
desarrollare.
¿Golpe
de Estado?
En
primer lugar, tenemos el rol de la Policía Boliviana a partir del amotinamiento,
8 de noviembre de 2019, aludiendo que dicha acción era un acto de protesta por
las precarias condiciones en las que se encontraba la institución verde olivo,
de esta manera, pidieron la renuncia del presidente Evo Morales. Este hecho,
ocurre en medio de protestas urbanas por el supuesto “fraude”, a nivel
nacional, donde el rol de la policía era necesario para mantener el orden
público y proteger los derechos constituciones de quienes no compartían la
realización de estas movilizaciones. De hecho, se pudo observar que la Policía
terminó subordinándose, por intereses, a los comités cívicos, quienes habían
aprobado el 100% de jubilación para la institución policial, en consecuencia,
los miembros policiales permitían y apoyaban cualquier acto que iba en función
de sus intereses: ausencia del orden público, quemas de casas de dirigentes y
autoridades del MAS, protección a grupos irregulares. Por lo tanto, La Policía
Boliviana termina trasgrediendo los Artículos 252 y 253 de la Constitución del
Estado Plurinacional de Bolivia (CPE).
Si bien el mundo durante el tiempo se fue
modernizando, también lo hizo los modos en el que se realiza un Golpe de
Estado, hecho que se estudia en la ciencia política y es conocida como
neogolpismo en el cual, entre varias características, podemos mencionar que el
simple hecho que el jefe de las fuerzas armadas pida
públicamente al presidente que renunciara, se trata de un Golpe de Estado
porque de por si la declaración conlleva una amenaza implícita de violencia, ya sea por parte del
propio Ejército o por parte de los manifestantes que no serán detenidos por los
militares. De esta manera, las FFAA incumplieron con la CPE, principalmente los
Art. 246 y Art. 247, donde se indica que esta institución no delibera y que
depende del mando del Capitán General del Estado (presidente). Por otro lado,
según la teoría, un Golpe de Estado no solamente participan militares, sino
también civiles e, incluso de forma indirecta, elementos externos a la nación.
Ahora, luego del Golpe de Estado, el gobierno de facto
y algunos analistas, con la ayuda de la corporatividad comunicacional
funcionales a las viejas oligarquías, propugnaron la teoría de que nunca hubo
un Golpe de Estado, arguyendo que fue una sucesión constitucional y por la
plena vigencia de la Asamblea Legislativa Plurinacional (ALP). Durante el paso
del tiempo, ninguno de los dos argumentos pudieron sostenerse por el mismo
accionar del gobierno de facto: Primero, no hubo sucesión constitucional porque
no se leyó las cartas de renuncia, según reglamento, del presidente,
vicepresidente y presidentes de ambas cámaras de la ALP, debido a que no se
permitía ingresar a Plaza Murillo a los legisladores; Segundo, la vigencia de
la ALP siempre fue virtual o algo simbólico, debido a que las leyes aprobadas
por la Asamblea era cumplidas en tanto convenga al poder ejecutivo,
incumpliendo en muchos casos lo que señala los Artículos 164 y 165 de la CPE.
En todo caso, como ya se señaló las nuevas formas de dar Golpes de Estado como
el neogolpismo, lo que ocurrió técnicamente en Bolivia, no se rigen o no se
caracterizan, en términos absolutos, a las formas que tradicionalmente se daban
los Golpes de Estado.
https://bit.ly/3e31rJz Militares colocando la banda
presidencial a la “sucesora”,
imagen simbólica del Golpe de Estado.
¿Por
qué ganó la Luis Arce Catacora?
El
accionar de la derecha conservadora en el poder coadyuvó de forma inconsciente
en el reposicionamiento del MAS. El mal manejo económico y de la salud, con más
de 8000 fallecidos víctimas del Coronavirus, demostraron en unos cuantos meses
un nivel de incapacidad de gestionar la cosa pública, no por nada los
analistas, después de conocer los resultados de las elecciones del 2020, a
manera de justificar sus análisis inequívocos y pretenciosos de “Voto Útil”,
responsabilizaron al gobierno de Añez por sus innumerables desaciertos
políticos y hasta llegaron a sostener, lo que muchos ya sabían, que el gobierno
de Añez es el peor gobierno de la historia de Bolivia, comparándolo con el
gobierno de Luis Garcia Meza. En efecto, ya se puede tener una idea de por qué
el más gobernó los 14 años con una oposición incompetente sin propuestas, sin
argumentos y sin un proyecto de país. Por otro lado, los hechos de corrupción
demostraron que la derecha, apenas tuvieron la oportunidad de estar en el
poder, no había cambiado nada de lo que era en los años 90, que mantenía los
mismos vicios y falta de capacidad de entender y leer a Bolivia más allá de los
centros urbanos.
El
gobierno de facto, conjuntamente con toda la derecha de Bolivia, se encargó de
refrescar la memoria a la población boliviana, pero particularmente a los
sectores populares, campesinos, obreros, la nueva clase media y de aquellos
desencantados del MAS. Les refrescaron la memoria de lo que significa tener un
gobierno de derecha, que trato de instaurar el modelo económico neoliberal:
sometiendo al estado a las políticas del FMI, reduciendo el tamaño del estado,
reducción de la inversión pública, desregulando el Sistema financiero (encaje
legal y tasas de interes), concesiones a privados en detrimento de las empresas
nacionales, nuevas formas de privatización con modificaciones de contratos y
nombramientos del CEO en función a los intereses de las transnacionales (YPFB),
aplicación del método de Harvard Bon-Sei (aplicado por Doria Medina, 1992) en
las empresas estatales (BOA y Teleférico) y el cierre directo de la planta de
UREA. Estas medidas, que no correspondían a las funciones de un “Gobierno de
transición”, estaban en contra corriente a lo que el mundo estaba realizando en
materia económica, donde el estado debía asumir mayor protagonismo en la
intervención sobre la economía y, por otra parte, salir al rescate de las
empresas privadas, algo totalmente cuestionable porque cuando el estado
necesita de las empresas e inversión privada estas brillan por su ausencia. Es
decir, todas las medidas tomadas por el estado militar policial, especialmente
durante la cuarentena, fueron en desmedro del sector popular.
Ahora
bien, las lecturas de la realidad tanto del MAS y de sus adversarios fueron
totalmente distintas. Por un lado, el MAS hizo una lectura correcta de los
sectores en el cual debía consolidar sus votos, hubo la capacidad de interpretar
donde se estaba generando y focalizando estas nuevas necesidades económicas y
sanitarias, producidas por la pandemia; Por otro lado, CC se limitó a confiar
en los centros urbanos donde se creía que “los pititas” era la mayoría
hegemónica del País, esta miopía refleja un problema más profundo que una
simple interpretación sobre la clase media, alta y blancoide, como que no
pueden ver más allá de sus círculos sociales en las que se relacionan y que
Bolivia es más grande que un barrio burgués; sino, que aún persiste aquel
pensamiento colonial, donde buscar la ascendencia social y mantener estilos de
vida o lugares privilegiados, han llevado que la clase pudiente se distancie de
los otros grupos sociales históricamente mayoritarios (Clase media baja, popular
o la muchedumbre mestiza, según Guillermo Lora), se puede decir, que se
distanciaron de Bolivia.
La
estrategia electoral del MAS, durante su campaña, terminó apuntalando su propio
voto duro, recuperando los votos de aquellos desencantados del MAS y seduciendo
al voto indeciso. Esta campaña fue llevada a cabo en los sectores circundantes
y periurbanos de la ciudad, sin mencionar que también visitaron municipios, es
decir, existió un real contacto con la población, como debe ser una campaña. En
la vereda del frente, la campaña en términos de movilización se limitó a los
centros urbanos, sobrevalorando la idea del “Voto Útil”.
En
lo discursivo, mientras el MAS planteaba soluciones, como propuestas, a una
gestión que estará signada de una crisis económica (Desempleo, reactivación del
aparato productivo y la demanda interna, deuda externa, déficit fiscal, etc.), estrategia discursiva bastante obvia. En cambio, Carlos Mesa, Luis
Fernando Camacho y demás apostaron por un discurso contra el MAS, según ellos,
el óbice de la democracia. En ese sentido, sin poder encontrar una fórmula
única electoral anti masista, hasta se llegó a discutir quien había hecho más
para provocar la salida de Evo Morales, hecho que raya la falta de respeto que
se tiene hacia el electorado boliviano por la falta de seriedad e inteligencia.
En
consecuencia, este discurso contenía una miopía racista, donde no llegaron a
entender o su sentido de clase no les permite entender, que no solo se
hostigaba contra el MAS, sino también contra todo un tejido social complejo que
caracteriza a Bolivia. De esta manera, se relacionó a este tejido social
complejo como simples masistas, por ende, hordas salvajes e ignorantes que no
son racionales, así, justificando porque estos sectores votan y apoyan al MAS; Por
otro lado, también existió una forma de violencia simbólica cuando se procedió
a quemar wiphalas y agraviar a las mujeres de pollera. En los hechos, este
accionar de la actual oposición fue un elemento unificador de los movimientos
populares, indígenas, campesinos y de aquellos que no se identificaban con el
gobierno de facto.
El
análisis del “Voto Oculto”, era evidentemente clara, pero analistas y
encuestadoras preferían pergeñar sus análisis hacia otra dirección, porque de
hacerlo de forma real y consciente entrarían en contradicción con el correlato
discursivo de un estado democrático, no racista y no clasista. Es decir, el
voto oculto y silencioso, encuentra su explicación en una coyuntura totalmente
intolerante en el que se encontraba Bolivia, donde se estigmatizaba el hecho de
ser masista o identificarse como masista era sujeto a insultos, injurias y
calificativos de toda índole. La no aceptación de esta realidad llevo a
realizar encuestas y conjeturas totalmente distorsionadas a la realidad o muy
alejadas a lo que se percibía en las calles.
Resultaría
bastante injusto, si no menciono la figura de Luis Arce Catacora, conocido
mundialmente como el padre del milagro económico de Bolivia, aunque a muchos no
les agrade la mención, la realidad es que Organismos Internacionales elogiaron
el manejo, principalmente, macroeconómico de Bolivia. Incluso, debemos añadir
que el candidato del MAS resultó ser versátil cumpliendo con el Índice de
Greenberg, clave en campañas electorales: que la gente la sienta cercano, que
la gente lo sienta capaz y que la gente sienta que habla de sus necesidades.
Según Max Weber, un político debe tener tres virtudes: pasión, sentido de
responsabilidad y mesura, entonces, también hay que analizar a Luis Arce de ese
modo. Todo esto sin olvidar lo importante que es tener carisma, pero natural,
algo que definitivamente sobró en el candidato del MAS y que faltó en el
candidato de CC.
En
conclusión, la victoria contundente de Luis Arce Catacora es el retorno a la
democracia, dejando en claro que resulta pueril seguir sosteniendo el discurso
del “monumental fraude”, “lo democrático del Voto Útil”, “la existencia de
gobernabilidad en un Gobierno de Pacto” y “14 años de fraude”, retóricas que
aún se utilizan en los ámbitos académicos, como universidades, donde se sigue
tratando de inyectar mística a los “21 días” y “La revolución pitita”, que
semánticamente no tiene nada de revolución y que solo fue la restauración de
los modos racistas y coloniales, donde se tiene la concepción que hay muertos
de primera y muertos de segunda, haciendo alusión al silencio comunicacional y
la falta de empatía sobre las masacres, las más indignantes, de Senkata y
Sacaba. En los hechos, los que forman parte, apoyaron y apoyan al movimiento
pitita solo provocaron que Bolivia se encuentre con un desgobierno total, en
una situación mundial crítica.
En
América “…Bolivia ha amanecido, Ecuador va a amanecer y Chile amanecerá…” Juan
Carlos Monedero
*Militante de Columna Sur
jueves, 17 de septiembre de 2020
EL EMPLEO COMO EJE ARTICULADOR DEL MODELO SOCIAL, COMUNITARIO PRODUCTIVO
Emilio Rodas Panique
Bolivia comenzó el siglo veinte con
aires modernizantes, el liberalismo estañero
reemplazará al republicanismo de la plata y las haciendas, el espejismo
gomero del norte se había diluido en gran parte y el litoral se había perdido
para siempre, este modernismo alcanzó
apenas a las periferias de La Paz y Oruro en la arquitectura y las vías
de comunicación urbanas, más allá de esas fronteras subsiste la realidad,
Bolivia es un país indio y agrario, aunque los más de 30 años de liberalismo
intenten negarlo de forma recurrente, no se consolida un capitalismo boyante y
por tanto la clase obrera es minoritaria en cuanto a la población
económicamente activa, más del 90% de esta sigue ocupada en el campo en
condiciones mayoritarias de servidumbre, la relación laboral de dependencia,
absolutamente minoritaria, en el auge de mayor expansión de la producción
minera del estaño, las tres compañías más grandes no pasan de 65.000
trabajadores mineros, esto subsiste incluso con la revolución de 1952 que en su
mejor momento y pese al clientelismo de COMIBOL no superó los 50.000
trabajadores asalariados.
Antes y después del 52 se da una
expansión aún tímida de la producción de manufacturas destinadas a la
alimentación, los tejidos y metalmecanica en pequeña escala pero que dan lugar
al surgimiento incipiente y totalmente desprotegido del trabajo fabril, la
política de diversificación económica y la substitución de importaciones da un
impulso a nuevos sectores en la economía estatal y privada con mano de obra en
relación laboral de dependencia clásica, pero pese a los 33 años de vigencia de
esta política no se logró una variación significativa del mapa económico de
ocupación, al final del ciclo en 1985, Bolivia seguía siendo un país agrario
principalmente.
La irrupción del modelo neoliberal en
Bolivia implica la destrucción del empleo en el campo y las ciudades, las
medidas iniciales, el cierre de la producción minera desmantela a COMIBOL y su
base obrera, la libre importación de productos manufacturados que hasta ese
momento estaba protegida por aranceles, barre con la producción fabril, la
importación de alimentos semiprocesados o no procesados mata el mercado de las
comunidades campesinas y las haciendas agrícolas, toda esta mano de obra
terminó en las calles al inicio del neoliberalismo, una parte migra hacia las
cooperativas mineras y el grueso de estos sectores constituye la primera ola de
trabajadores informales, gremiales y trabajadores por cuenta propia, incluido
el sector transporte, a partir de ese momento esa es la caracterización
principal de la fuerza de trabajo, un estado reducido al mínimo, no absorbe el
excedente de mano de obra y el crecimiento vegetativo de ésta no tiene
opciones, la segunda ola de medidas aplicadas a finales de los años 80 y
principios de los 90 cierra el círculo, la privatización y la capitalización en
ninguno de los casos reprodujeron el empleo, no hay ninguna de estas
experiencias que haya redundado en una expansión de su producción ni
crecimiento de sus plantas de dependientes, el impacto de ellas en el empleo
fue negativo definitivamente, durante todo el ciclo neoliberal el desempleo
neto estuvo por encima del 10%, pese a que los indicadores que se tomaban en
cuenta eran bastante relativos, con indicadores más rígidos el desempleo neto
habría superado el 20%.
En el momento de mayor auge neoliberal
92-97 dos sectores fueron los que más se expandieron en cuánto a ocupación de
mano de obra, comercio y servicios, ambos altamente sensibles a las variaciones
de temperatura económica regional, a partir de la crisis mundial de 1998 y sus
efectos en Latinoamérica, principalmente Brasil y Argentina, el empleo fue en
caída libre de forma irreversible, BOLIVIA hasta 2005 fue altamente vulnerable
a las variables del mercado mundial por su debilidad orgánica no superada y
agravada por el debilitamiento del Estado como planificador de la economía y
por tanto absolutamente dependiente del financiamiento externo, incluso para
cumplir obligaciones estatales básicas como el pago de salarios a sus
funcionarios, la expectativa de captar inversión externa para financiar el
desarrollo del capital en el país jamás fue cumplida, al contrario, pese a la
exigüidad de los recursos públicos, el modelo neoliberal sustento su vigencia
en la exportación de la riqueza hacia las metrópolis del capital que
supuestamente nos iban a jalar al desarrollo, el neoliberalismo se agotó en
Bolivia porque jamás estuvo diseñado para nuestro desarrollo sino para
reproducir la versión post moderna del país campamento, entre 2000 y 2005, la única
política verificable de empleo de los últimos dos gobiernos neoliberales,
Banzer-Tuto y Goni-Mesa, fue la ampliación en los horarios de atención de las
oficinas de migración para que los bolivianos con tramitadores de por medio
pudieran obtener un pasaporte y salir de nuestras fronteras hacia destinos
inciertos en busca de trabajo, el modelo había colapsado y como último
corolario terminó desintegrando miles de familias.
En contra ruta de esa realidad, las
transformaciones iniciadas en 2006 comienzan con la captura del excedente, no
podemos decir que en 2006 se creó mayor riqueza, la diferencia se da en donde
termina esa riqueza, pues se quedó en Bolivia, el fundamento económico del
Modelo Económico Social, Comunitario Productivo es la nacionalización, está
genera el excedente para que el Estado pueda potenciar la inversión pública,
redistribuir la riqueza, potenciar el mercado interno y sentar las bases de la
industrialización, cuando el modelo neoliberal exportaba nuestra riqueza, el
Estado sólo podía disponer de 600 millones como máxima aspiración para la
inversión pública, gran parte de este dinero proveniente del endeudamiento
público, con la nacionalización, rápidamente pudimos reproducir esa tarea con
más de 6.000 millones de dólares.
La principal política de empleo del MAS
en los 14 años se llama INVERSIÓN PÚBLICA, la reproducción de esta cifra tiene
un efecto multiplicador en el conjunto de la economía, pues un componente
central de ésta es el salario de los trabajadores vinculados a cada proyecto,
ese salario no se exporta y circula en la economía y por tanto activa todo un
círculo virtuoso en el mercado interno, a mayor cantidad de proyectos en
desarrollo, mayor cantidad de salario circulando y gente comprando cosas que
otros están produciendo y de las ventas de estos productores se activa otros
circuitos de forma interminable, todo ello sin contar los servicios
complementarios que no están reflejados en salarios pero que también implican
transferencias indirectas al mercado, alguien debe transportar los materiales y
equipos, alguien debe alimentar a los obreros y técnicos en obra, alguien
produce ropa de trabajo, alguien gestiona los espacios de esparcimiento en el
entorno de los proyectos, es decir el impacto de la inversión pública en el
empleo fue siempre el pilar principal de ese otro componente central del modelo
económico exitoso en estos 14 años, el potenciamiento del mercado interno.
La redistribución de la riqueza tuvo
varios componentes, pero en definitiva no se agota exclusivamente en la
justicia social, por supuesto que incorpora a sectores vulnerables al mercado
de consumo, al margen del impacto del Juancito Pinto en la disminución de la
deserción escolar, que de por sí fue exitosa, o el bono Juana Azurduy en la
reducción de la mortalidad materno infantil y la detección de temprana de
anomalías en recién nacidos, la renta dignidad no es sólo justicia social con
adultos mayores, ni el bono para personas con discapacidad, también implica la
incorporación anual de miles de millones
de bolivianos adicionales al mercado interno, estas transferencias tienen
impacto directo en el empleo en el comercio y la pequeña industria, estos
sectores incorporados al mercado de consumo no exportan estos recursos ni los
ahorran normalmente, activan con ello un circuito de consumo en productos
esenciales que activan a varios sectores que emplean mano de obra.
La valorización del salario es sin duda
una medida redistributiva que impacta en la calidad del empleo, haber protegido
el empleo con medidas proteccionistas parcializadas nos representó una
constante tensión con la parte patronal, haber incrementado el salario mínimo
sustancialmente o haber obligado al pago de doble aguinaldo en algunos años es
sin duda la medida más democrática en la repartición de la riqueza y la
reducción de la desigualdad, cada incremento o cada segundo aguinaldo ha sido
una participación mayor del trabajador en el ingreso que de no haber sido de
esa forma habría terminado en el balance en el campo de las utilidades de la
empresa, no sólo hemos redistribuido la renta pública, también hemos logrado
que la riqueza generada en el campo privado de la economía se distribuya de
mejor forma, esto por supuesto que a una empresa privada que está acostumbrada
a centrar su ganancia casi exclusivamente en la explotación de la mano de obra
y no en otros factores de competitividad siempre le incomodó pero tuvimos la
fuerza para imponerlo porque teníamos para ello no sólo razones morales sino
también económicas, un salario potenciado, una mayor participación de los
trabajadores en el excedente potencia el mercado interno y repercute en el
circuito de consumo multiplicador.
Todas estas políticas nos permitieron
bajar sistemáticamente la tasa de desempleo en Bolivia, de haber recibido un
desempleo cercano al 9% en 2005, logramos reducir a nuestro mínimo histórico de
3.2 en 2012, el impacto de la crisis en Brasil Y Argentina desde el 2013 nos
produjo un retroceso de dos puntos principalmente por su impacto en el comercio
en poblaciones fronterizas, en 2016 terminamos con 5.5 de desempleo, Bolivia en
los 14 años no estuvo exenta de los impactos de las crisis internacionales,
entramos en gobierno en plena crisis mundial, enfrentamos la de 2008 y cuando
el mundo se comenzaba a recuperar nos cayó la crisis del petróleo de 2012 en
adelante, sin embargo se logró enfrentar todos los impactos sin sacrificar la
estabilidad y el crecimiento, incluso volver a reducir hasta 4.2 el desempleo
siendo durante todo ese periodo la economía con mayor crecimiento y menor desempleo,
todo ello gracias a inversión pública, transferencias de recursos al mercado
ambas para potenciar el mercado interno y mantener la temperatura de la
economía, ya es innecesario mencionar a estas alturas que nuestro modelo
económico en todos estos años se ha convertido en referencia internacional,
incluso ser reconocido por organismos que son portaestandartes del modelo
neoliberal fundamentalista como lo son el FMI, el Banco Mundial o la CEPAL.
Hoy el Estado se encuentra gestionado
por el verdadero terrorismo, no hay peor terrorismo que el terrorismo
económico, y no hay peor tragedia para un pueblo que en tiempos de crisis ser
gobernado por los menos capaces y los menos honestos, la economía comenzó a ser
destruida desde el 23 de octubre con el paro de los 21 días, se agravó la
crisis con la llegada de la ineptitud al poder, desde el 12 de noviembre no se
ha tomado una sola decisión que contribuya a resolver ninguno de los problemas
que se han generado en la economía y el empleo, la paralización de la inversión
pública en todos sus niveles, la paralización de plantas que estaban en plena
producción, la paralización de la construcción de plantas que están destinadas
a diversificar la economía, exportar nuevos productos y eliminar importaciones,
todo ello mucho antes de la pandemia del corona virus, ha significado entrar en
caída libre en las perspectivas económicas, la crisis sanitaria ha agravado
estas posibilidades y se agrava cada día que la ineptitud aliada a la
cleptocracia gobiernan el país, los planes de empleo lanzados con bombos y
platillos por la publicidad estatal sólo son la reactivación de programas que
en tiempos de Evo habían sido gestionados exitosamente, el Programa de Apoyo al
Empleo viene funcionando desde 2103 habiendo logrado en sus dos ciclos previos
al golpe superar las metas iniciales ampliamente, el Programa de Primer Empleo
Digno dirigido a profesionales y técnicos superiores recién egresados fue
exitoso desde su implementación en 2018, ambos con créditos BID, el PMEIL
dirigido a mejorar la empleabilidad laboral fue exitoso hasta que mediante nota
el Ministro de Planificación lo ha dado por cerrado hace 15 días, en plena
crisis del empleo, redireccionando el financiamiento del Banco Mundial hacia el
gasto corriente, los empleos de emergencia anunciados se vienen aplicando desde
la crisis de 2012 en adelante, los iniciamos en poblaciones fronterizas con
obras urbanas y recuperación de áreas productivas afectadas por desastres
naturales, después se extendió a capitales y ciudades intermedias, uno de los
pocos financiamientos garantizados del famoso plan del gobierno de facto para
la reactivación del empleo en el que anunció 18.000 millones de bolivianos, son
los 100 millones remanentes en el FPS de las obras inconclusas al momento del Golpe
de Estado de esta cartera de proyectos urbanos, es decir lo único que se ha
hecho es copiar y hacer mal lo que ya de por sí era exitoso.
Cuando pase el temblor, el mundo se
encontrará en un estado de post guerra, las economías del mundo se van a contraer
y cerrar para potenciarse desde adentro, la turbina del mundo que es China
saldrá como un huracán no a comprar sino a vender, las economías más
neoliberales, globalizadas y globalizantes incluso ellas estarán mirando al
estado nuevamente como al actor fundamental de la reconstrucción, es decir
después de la pandemia el mundo estará buscando un modelo económico, político y
social que articule los actores con un estado paternalista y protector, el
mundo estará buscando lo que en Bolivia habíamos intentado construir durante
estos 14 años, mientras en Bolivia se intenta destruir las empresas del estado
y se busca volver a enajenar los recursos estratégicos en beneficio del capital
transnacional, en Alemania, Francia e Inglaterra grandes y emblemáticas corporaciones
intentan colocar acciones en manos de sus gobiernos para que los ayuden a
superar la crisis compartiendo su destino, cuando pase el temblor estaremos
otra vez en contra ruta de la historia.
Funcionó tres veces en 14 años, después
de la crisis sanitaria y la tragedia política de este año va a volver a
funcionar, será mucho más difícil por todo el daño que se producido a la
economía y el empleo, pero hoy en día sigue estando más vigente que nunca
nuestro proyecto de país enmarcado en el Modelo Económico Social Comunitario y
Productivo, la gente en estos terribles meses de improvisación lo está
sintiendo, el taxista, el comerciante, el productor, el empresario, el
banquero, la familia, fueron 14 años de tranquilidad, estabilidad y
crecimiento, tal vez muchas cosas no salieron como se deseaba y otras no se
hicieron como se debían, pero nunca falto el diésel para la cosecha ni el pan
en la mesa de la familia, ni el trabajo digno para nadie.
Santa Cruz, 17 de septiembre de 2020
jueves, 30 de julio de 2020
POR LA SALUD, LA VIDA, LA ECONOMÍA Y EL EMPLEO
El bloque golpista no resolvió con el golpe una crisis, instaló una crisis política con el derrocamiento de un gobierno constitucional y la interrupción de un mandato, a partir de ahí tenemos un gobierno ilegítimo en una supuesta transición eterna, la crisis política se agrava y se vuelve multidimensional con las medidas inmediatas de carácter políticas y económicas, la suspensión ipso facto de la inversión pública, el sabotaje premeditado a las empresas públicas y la repartija en calidad de botín de las reparticiones estatales, lejos de aliviar las pérdidas económicas por más de 20 días de paro obligado, acentúan la sensación de incertidumbre por primera vez en 14 años, la represión política, judicial y militar en manos de psicópatas y depravados del poder tornaron el ambiente de crisis generalizada en un escenario altamente contaminado y denunciado por todos los organismos internacionales como irrespirable en un estado de derecho.
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