Por: Gudnar Fernández*
La democracia en Bolivia se recuperó el año
pasado con la fuerza del voto del pueblo boliviano, un pueblo que resistió y
luchó contra el golpe de Estado cívico militar y empresarial. La victoria se alcanzó
por la firmeza del “Bloque Social Popular”, que durante once meses resistió la
persecución, el racismo, la discriminación y la represión de los grupos paramilitares
y de corte fascista, principalmente en los departamentos de La Paz, Cochabamba
y Santa Cruz. Por ello, la unidad del bloque popular debe mantener un carácter
nacional y la claridad ideológica de saber identificar al adversario político,
que hoy espera agazapado para tratar de recuperar terreno en las elecciones
subnacionales.
A la luz de los acontecimientos, queda claro
que en las elecciones nacionales, Camacho pretendía consolidar su bancada
nacional para luego negociar y materializar un bloque político de extrema derecha
en el oriente boliviano. Por eso su prioridad actual es la lucha por mantener
el poder hegemónico de clase en su territorio, lo que conlleva una gran pelea territorial
con diferentes logias cruceñas. Y, por otro lado, apertura un espacio de polarización
y lucha ideológica con el movimiento popular.
Asimismo, en otros departamentos del país, la
derecha boliviana no tiene otro camino que atrincherarse en sus regiones buscando
hacer lo que mejor saben: organizarse y conspirar con cúpulas oligárquicas para
tratar de captar los gobiernos locales de las Entidades Territoriales Autónomas.
Han asimilado que su derrota el 18 de octubre, significó un golpe duro a sus intereses
de sector y de clase. Por ello recurrirán nuevamente a sus viejas armas: la
demagogia, la mentira y la prebenda como mecanismos para captar votos. Al
frente, el “Bloque Social Popular”(sujeto colectivo heterogéneo) que depositó
su confianza en el MAS a nivel nacional, deberá mantener la unidad, la unidad y
la unidad. Pero la unidad debe promoverse a partir de un acuerdo programático,
es decir, a partir de propuestas de cambio que sean trascedentes para resolver
los problemas de la gente en cada territorio, y mostrando que se tienen
candidatas y candidatos con ética pública, principios y visión estratégica para
superar las crisis que vivimos.
La lucha se trasladó a cada territorio y tiene
un marco de discusión profundamente ideológico. La tarea es impulsar el proceso
de formación política e ideológica de las organizaciones sociales y populares,
para que encarnen las propuestas de transformación al servicio del pueblo, que
debe ser quien gane en las próximas elecciones subnacionales.
*Militante de Columna Sur Tarija
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