viernes, 13 de agosto de 2021
viernes, 12 de marzo de 2021
El facho p’ajla y sus expectativas (el oculto mensaje de su discurso)
Por: Rene Barron Watteroth.
Uno de los
aspectos que más sobresale en los últimos discursos del p’ajla facho Horacio
Poppe Inch, es su narcisismo político, ya que se considera como la salvación,
la opción única que no es corrupta y traerá progreso y orden para Sucre. No
solo resalta que haya manifestado que es “un facho orgulloso”, sino que su
propia victimización es muestra de la estrategia fascista para su
posicionamiento en la sociedad, pues no son contadas las ocasiones en las que
este personaje y sus seguidores hablen de que los discriminados son ellos, ya
que no les dejan manifestar sus ideas; es decir se sienten supuestas víctimas
cuando se les pone en cuestionamiento sus afanes totalitarios, donde los que no
concuerdan con sus ideas y postulados son enemigos, mal nacidos, traidores y demás calificativos. Traer recuerdos de la
supuesta discriminación por parte del MAS a Sucre es también típica estrategia
fascista, de forma análoga procedieron los nazis para justificar y empujar a su
población a deshacerse, perseguir y masacrar a judíos, gitanos y comunistas.
A pesar que en su línea
discursiva trata de camuflar su odio hacia los sectores rurales del municipio
de Sucre, con argumentos como que los dirigentes del MAS, hacen y deshacen como
les da la gana en sus comunidades; esta queda evidenciada cuando entre líneas y
en repetidas ocasiones trata de resaltar el apoyo de la ciudad, frente a la
votación rural, inclusive en una de ellas llega a afirmar que debería pensarse
en consolidar un municipio que solo abarque la mancha urbana, es decir segregar
a los distritos rurales porque ellos son los que manipulados, optan por una
opción que no es la suya.
Resulta curioso que afirma que las
actas del área rural son las más observadas, momentos después afirma que de 52
actas solo 19 corresponden al área rural, pero afirma varias veces que ganó en
los distritos urbanos. Aparentemente hace una confesión inconsciente, en la que
ve como aceptable el supuesto fraude en el área urbana, pero rechaza el supuesto
fraude del área rural. Pues para el pitinazi (no debería ofenderse ni
victimizarse con esta categoría, ya que se considera un “facho”) y sus
mascotas, la observación de la actas rurales donde gana el MAS son más
relevantes que las del área Urbana donde su partido fascistoide tiene la
delantera.
Se hace evidente también que tras
ese razonamiento descifrado en el párrafo precedente, se esconde la idea
supremacista de que el campesino no debería sufragar porque es ignorante y
manipulable, frente a la culta y letrada población urbana; razonamiento cargado
de subjetivismo criollo y fascista, ya que los que hemos participado o formado
parte de una comunidad campesina sabemos que con la limitada formación
académica, hay mucho más interés analítico y de lectura del contexto en una
comunidad campesina que una junta vecinal del distrito 1. No se debe a que unos
son mejores que otros, sino al hecho de que en las ciudades el individuo está
más aislado del resto y no cree tener la necesidad de reunirse con otras
personas más que para diversión o socialización casual; en cambio en el área
rural la única instancia para periódicamente socializar es la reunión del
sindicato, donde por tradición y esencia se debate sobre necesidades,
problemas, economía y política.
Esta demás mencionar que su
discurso en torno a los valores, la integridad, la anticorrupción, la lucha
contra la sucia izquierda diseminada entre los diferentes juntuchas opositoras
al MAS y demás; cae en “saco roto”, puesto que es conocido para la población
sucrense que cogobernó con el corrupto gobierno de facto de Añez, posesionó a
sus allegados en el Ministerio de Hidrocarburos no siendo ajenos a los mismos
las denuncias de nepotismo y tráfico de influencias. Todo sin contar el
escandaloso caso de los laboratorios PCR, en los que el corrupto entorno de
Añez hizo pisar el palito a Poppe y esté en contra de todos esos valores que
mencionó, opto por convertirse en el silencioso trotaconventos de la corrupción
reaccionaria.
Finalmente,
para no dejarnos llevar por explicaciones que giren en torno a que el Poppe y
sus fachos son hijtos de Papi mal perdedores y por ello reaccionaron como
tales, cabe recordar que todo discurso debe analizarse no solamente por sus
flagrantes contradicciones o confesiones, sino por su contenido subjetivo y
subliminal, además de los hechos concretos que llevaron los involucrados para
enunciar esa línea discursiva. No olvidemos que incluso los propios
antifascistas nos empezábamos a preparar conscientemente para tener cinco años
de orgia fascista, pues parecía inminente su victoria; de la misma manera y más
aún el propio Poppe y su entorno que como pocas veces se ha debido ver rodeado
de tanto militante genuino, amplió sus propias expectativas de ejercicio de
poder, pronosticando el total control sobre el ejecutivo y el concejo
municipal.
El discurso de estos señores,
después de la sorpresa electoral, refleja la frustración de esas expectativas,
por ello repite y resalta varias veces la diferencia del 2% en el área urbana
(el 30% al que el facho llama mal nacidos, refería fundamentalmente a los
habitantes urbanos), pues más allá de tratar de resaltar ese 2% como una
diferencia sustancial, no era lo que esperaban porque a pesar de que “sabían de
que en los distritos rurales el MAS se iba a imponer” (claro obviando que
generalmente la victoria masista en el
área rural es arrolladora), ellos deberían haber ganado con amplio margen de
diferencia. Por ello no se puede descartar la hipótesis de que si ellos
hubiesen sido los que tuvieran la ventaja de aprox. 300 votos sobre el MAS y
hubiese faltado esas 3 o 4 actas para computar, de igual forma hubiesen
denunciado fraude y tratado de generar de forma irracional (irracional para
unos, convencimiento, disciplina y doctrina fascista para los pitinazis) e
instintiva, condiciones para “repetir” el acto electoral en el Municipio, ya
que con esa diferencia y debido a que los “otros partidos son financiados y
puestos por el MAS” no hubiera tenido gobernabilidad para consolidar su proyecto
totalitario fascistoide.
miércoles, 10 de marzo de 2021
POPPE Y SUS CONTRADICCIONES
Por: Mauricio Bustamante Rivero*
miércoles, 17 de febrero de 2021
El “apolítico” y el sistema
Por: René Barron Watteroth*
No es el Covid-19, ni siquiera el
político corrupto, ni tus compatriotas o ciertos individuos “vagos y sin
educación financiera” que eligen a los mismos de siempre, la génesis y
responsable de la actual crisis económica que vivimos; crisis que como siempre
se la carga a espaldas de los trabajadores, campesinos, pequeños comerciantes y
desocupados.
El político corrupto no estaría ahí si
los que creen ser correctos y se jactan de “no ser políticos” le dejasen la vía
libre; acto y resultado que paradójicamente no es otra que la concretización de
esa posición política de “apolítico”. Y no, no se trata de alimentar tu ego o
de idolatrar el ejercicio del poder político en y desde el Estado, o como
representante de alguna agrupación política, se trata de tener consecuencia
entre lo que piensas que es correcto y que haces para objetivar ese
pensamiento, y uno de los caminos para poder generar un cambio en función a tus
ideas, es agrupándote con otros y otras que piensan como tú, para formar una
estructura y liderarla si es posible y necesario. Lo contrario es sólo dar
opiniones vacías y posicionarse entre
los cobardes que frente a la posibilidad de fracasar optan por hacer nada, que
frente a la inevitable posibilidad de quedar embarrado, ya sea por guerra sucia
o calumnias, prefieren mantenerse la imagen de pulcros, no mostrando otra cosa
que vil egocentrismo.
Ese afán de ser “apolítico”, finalmente
te condena a la ignorancia frente a las doctrinas ideológicas que guían a los
partidos y representantes políticos en sus acciones. Implícitamente te obligan
a ignorar y aborrecer los debates
“políticos”, económicos e ideológicos y acaban de hacer prevalecer en tus
pensamientos y acciones el instinto de supervivencia y adaptación al sistema actual
que te dibuja y muestra el mundo a través de una pantalla. Es decir, acabas
adaptando tu ejercicio de poder político al ejercicio de ese poder político que
tanto aborreces, ya que terminas por convertir en dogma los valores, éticas y
moral de los que ejercen ese poder. Ejerces poder político en calidad de
repetidora de las clases políticas a las que tanto aborreces, últimos que
además en el sistema en el que vivimos, tienen ilimitadas posibilidades de fortalecer
ese ejercicio político, ya que están respaldados o son parte un sector
minoritario de la sociedad que posee un enorme arsenal económico.
Es más, inconscientemente todos sabemos
que el fin último de todas nuestras acciones se circunscriben a la economía,
sabemos que nuestros pensamientos y acciones parten desde el hecho de sentir si
tienes o no el estómago lleno, de ver el medio en el que te encuentras y de
palpar tus bolsillos. Pero, este aspecto tendemos a negarlo, buscando culpables
entre fantasmas o ideas como: “No tengo dinero por que no trabajo más”, “aquel
o aquella son pobres porque así lo quisieron, pues no se esforzaron” y otras,
que nos lo han ido implantando esos políticos corruptos, a través de sus leyes,
el sistema educativo, el aparato propagandístico y mediático que tienen para
ejercer su poder político.
Acabo este pequeño texto contándote que
todos estos razonamientos, que esperamos generen debate y confrontación de
ideas, no son nuevos, se tratan en la filosofía cuando se analiza si primero
está la materia o la idea, es decir para este caso, si se piensa en función a
tu situación económica o tú situación económica es producto de tus ideas. Estos
debates se tratan desde los postulados y corrientes de economía política
partiendo de Adam Smith o Carlos Marx, donde unos defienden el libre mercado y
los “divinos privilegios” de algunos sectores de la sociedad frente a otros, y
los otros critican esa lógica y proponen deshacernos de esas ideas impuestas
por las élites, para ver y analizar desde la base económica la realidad y
transformarla.
Todo esto se trata de la supervivencia
de la humanidad como especie, se trata de conocer los sistemas económicos,
desde el debate político ideológico y no desde las bases morales, éticas y
hasta religiosas impuestas por los que se favorecen del actual sistema. Por ello dejemos de huir y
refugiarnos como cobardes y hablemos de capitalismo, socialismo, comunismo,
anarquismo, marxismo, indigenismo, indianismo, revolución, etc.
Dedico este texto en conmemoración a los
hermanos Chato Peredo y Felipe Quispe – Mallku.
¡Que viva el movimiento popular! ¡Muerte al imperialismo y el neoliberalismo!
*Militante de Columna Sur Chuquisaca
jueves, 7 de enero de 2021
LOS PARTIDOS POLÍTICOS EN EL LABERINTO CULTURAL BOLIVIANO
Por: Mauricio Bustamante Rivero*
Los distintos medios de comunicación informan hace varias semanas y con el
morbo acostumbrado, sobre las peleas internas de los partidos políticos en
Bolivia, que definen sus candidaturas subnacionales a través de conflictos, (des)alianzas,
renuncias y también violencia.
¿Podemos escapar de la lógica de bandos para analizar estos hechos con mayor profundidad? Miremos todo esto con ojos críticos, con aquella mirada de vigía que reclamaba Marcelo Quiroga Santa Cruz, la que nos alerta sobre algún peligro y nos convoca a la acción.
Desarrollemos cuatro ideas básicas para sumergirnos en esta discusión. Primero, definamos de manera genérica pero esencial, que un partido político agrupa a muchas personas que comparten una manera de ver el mundo, vislumbran un horizonte común y buscan implementar sus postulados a través de la toma del poder. Segundo, a esta definición sumemos como aditamento, un conjunto de elementos importantes para estudiar a los partidos políticos: (i) ideología o programa; (ii) estructura orgánica; (iii) capacidad de expansión territorial; y (iv) institucionalización.
Tercero, sobre la base de estos elementos, analicemos la teoría y su contraste con la realidad. La ideología, el programa o la visión de país que tiene un partido político, es su principal característica y establece su 'idea original', marca el 'instinto colectivo' de nacimiento de su estructura social. Coloquemos un ejemplo sobre la importancia de este punto. El MNR del 52 desarrolló una tesis política brillante con Carlos Montenegro, que consideraba esencial la nación como principio elemental de la lucha anticolonial contra el sometimiento a potencias extranjeras. Esa fue una idea fuerza que marcó una época histórica en Bolivia. Pero, le sobrevino un tiempo de condensación e inflexión, que propició un cambio de timón por parte del MNR, que en 1985 promulgó el Decreto Supremo 21060, generando un conjunto de medidas antipopulares como la relocalización, los despidos masivos y la informalidad de la economía boliviana (vigente hasta nuestros días). Este cambio de ideología afectó al partido y ocasionó su división en diversas facciones; pero a la larga, fue un factor decisivo para que ingrese en un franco proceso de desgaste y decadencia. Sencillamente, se volvió un partido sin credibilidad, histórico pero incongruente, y esa incoherencia fue su cruz.
Pero la ideología del partido no se sostiene sola, requiere de una estructura orgánica. Ahí es donde nacen instancias de deliberación y decisión como el congreso, la asamblea general, el ampliado, el comité central, las comisiones, las células, los frentes, las reuniones, etc. El trabajo de la estructura es mantener a toda la militancia organizada y consciente de la ideología, procurando ampliar la presencia del partido territorial y sectorialmente. Para lograr eso es importante que la estructura funcione disciplinadamente y despliegue procesos de formación política serios y permanentes, que a su vez promuevan nuevos liderazgos capaces de seguir con el trabajo de cualificar a la organización, brindándole un sentido de relevancia, trayectoria e institucionalización.
Uno de los problemas más álgidos de este proceso surge cuando existe una desconexión entre la ideología y la acción política de la militancia, precisamente cuando se logra un determinado espacio de poder. Allí surge otro componente significativo del partido, el 'instinto selectivo' que es el interés por mantener un espacio de poder más allá del programa o 'instinto colectivo'. Dicho de otro modo, surgen intereses sectoriales y pugnas porque nadie quiere quedarse sin un pedazo de la torta, convirtiendo el poder en un fin y no en un medio para transformar la sociedad. Este aspecto es igualmente riesgoso para un partido político, porque si la ideología o savia no se transmite a toda la estructura, permitiendo elegir a las y los mejores cuadros sin disputas corporativas o componendas de pasanaku, y promoviendo una acción política más sustantiva, el poder va a corromper al partido y el éxito político será algo pasajero.
¿Pero cómo crece o se expande un partido? Es el efecto de un buen trabajo
político, de una gestión pública exitosa y de un proceso coherente de
comunicación política. Empero, el riesgo de crecer sin tomar en cuenta la
formación política y la disciplina de la estructura orgánica, ocasiona que
ingresen personas que terminan distorsionando la ideología y actúan en función
a sus intereses. Por eso es vital tener una idea clara si se quiere que lo
sustancial esté por encima de lo superficial. Y, si bien la ideología tiene sus
propios prolegómenos, precisamente porque se basa en distintos modos de ver el
mundo, es importante situarla mirando e interpretando correctamente la realidad
social, para que la militancia pueda acercarse y vivenciar más las
preocupaciones de la gente, con el objetivo de resolver sus problemas más
apremiantes desde un enfoque estructural.
Finalmente, asumamos una crítica hecha por Sergio Almaraz hace 56 años, que establecía que las diferencias entre política y violencia se habían borrado en el país: “Si la violencia es un pozo profundo del que para salir hay que hacer un relleno de vidas, los bolivianos estamos acercándonos peligrosamente a la negra boca”. En otro escrito, sentenció que el racismo y la intolerancia eran rasgos definitorios del atraso social y cultural de Bolivia.
El año pasado hubo un golpe de Estado, sentidas masacres y estuvimos bordeando el límite de una guerra civil. ¿Seguiremos otros 56 años en este laberinto cultural? ¿O cambiamos la educación, la cultura e insistimos en la formación antes que en la degeneración?.
*Militante de Columna Sur
miércoles, 6 de enero de 2021
ELECCIONES SUBNACIONALES Y TERRITORIALIZACIÓN DEL PODER
Por: Gudnar Fernández*
La democracia en Bolivia se recuperó el año
pasado con la fuerza del voto del pueblo boliviano, un pueblo que resistió y
luchó contra el golpe de Estado cívico militar y empresarial. La victoria se alcanzó
por la firmeza del “Bloque Social Popular”, que durante once meses resistió la
persecución, el racismo, la discriminación y la represión de los grupos paramilitares
y de corte fascista, principalmente en los departamentos de La Paz, Cochabamba
y Santa Cruz. Por ello, la unidad del bloque popular debe mantener un carácter
nacional y la claridad ideológica de saber identificar al adversario político,
que hoy espera agazapado para tratar de recuperar terreno en las elecciones
subnacionales.
A la luz de los acontecimientos, queda claro
que en las elecciones nacionales, Camacho pretendía consolidar su bancada
nacional para luego negociar y materializar un bloque político de extrema derecha
en el oriente boliviano. Por eso su prioridad actual es la lucha por mantener
el poder hegemónico de clase en su territorio, lo que conlleva una gran pelea territorial
con diferentes logias cruceñas. Y, por otro lado, apertura un espacio de polarización
y lucha ideológica con el movimiento popular.
Asimismo, en otros departamentos del país, la
derecha boliviana no tiene otro camino que atrincherarse en sus regiones buscando
hacer lo que mejor saben: organizarse y conspirar con cúpulas oligárquicas para
tratar de captar los gobiernos locales de las Entidades Territoriales Autónomas.
Han asimilado que su derrota el 18 de octubre, significó un golpe duro a sus intereses
de sector y de clase. Por ello recurrirán nuevamente a sus viejas armas: la
demagogia, la mentira y la prebenda como mecanismos para captar votos. Al
frente, el “Bloque Social Popular”(sujeto colectivo heterogéneo) que depositó
su confianza en el MAS a nivel nacional, deberá mantener la unidad, la unidad y
la unidad. Pero la unidad debe promoverse a partir de un acuerdo programático,
es decir, a partir de propuestas de cambio que sean trascedentes para resolver
los problemas de la gente en cada territorio, y mostrando que se tienen
candidatas y candidatos con ética pública, principios y visión estratégica para
superar las crisis que vivimos.
La lucha se trasladó a cada territorio y tiene
un marco de discusión profundamente ideológico. La tarea es impulsar el proceso
de formación política e ideológica de las organizaciones sociales y populares,
para que encarnen las propuestas de transformación al servicio del pueblo, que
debe ser quien gane en las próximas elecciones subnacionales.
*Militante de Columna Sur Tarija
martes, 27 de octubre de 2020
LUCHO ARCE Y EL RETORNO A LA DEMOCRACIA
Por: Marco Antonio Nina Palli
La elección general del 18 de octubre fue uno de los
hechos políticos más intensos y de gran incertidumbre que vivió Bolivia en el
siglo XXI, producto de una población polarizada que fue generada por diferentes
elementos coyunturales e, incluso, históricos. Aquí debemos ser objetivos para
poder generar un marco interpretativo real. El MAS en su gestión de casi 14
años se fue desgastando naturalmente, como cualquier partido político que
detenta el poder por mucho tiempo; pero principalmente, fueron los hechos de
corrupción y el intento de modificar la norma jurídica, repostulación, las que
terminaron de desgastar aún más la imagen del proceso de cambio.
Entonces, en los hechos lo que ocurrió fue una lectura
errónea de la realidad, sobre las percepciones de un sector poblacional y la
falta de atención sobre las experiencias de reelección que vivió Bolivia,
especialmente de Siles Reyes y Paz Estenssoro. Estos elementos son los que
permitieron a la derecha la construcción de un eje discursivo para descalificar
y desvalorizar el proceso de cambio. Por otra parte, el rasgo caudillista del
primer presidente indígena Evo Morales estaba provocando dentro de la estructura
del MAS, de alguna forma, el letargo de la formación de nuevos cuadros que
puedan gravitar en el espacio político o que puedan generar nuevos escenarios
políticos. Pero, en realidad lo más riesgoso fue que el proceso de cambio
empezó a verse como un rasgo propio de Evo Morales, inseparable de su figura,
lo cual ligaba su suerte a la del proyecto revolucionario, hecho que
seguramente será discutido en los siguientes años.
Los elementos históricos, son aquellas relacionadas
con los problemas profundos enraizados en casi cinco siglos. Autores, como
James Malloy; Alcides Arguedas; Rene Zabaleta; Sergio Almaraz; y varios, hablan
sobre las dos bolivias, cada uno con sus propias categorías. Este problema no
solo es regional, sino también rural y urbano; estas diferencias, hacen que no
podamos construir una identidad nacional, del mismo modo, el racismo es un
elemento que provoca una incisión entre la población boliviana. Es decir, es
totalmente falso la retórica de la derecha, que tanto el proceso de cambio y el
MAS son los responsables de la división societal de Bolivia. El hecho de que se
reivindique aquellos derechos del horizonte histórico de nuestros movimientos
sociales e indígenas, no permite argumentar que estos problemas profundos, que
por esencia claramente te demuestran lo contrario, son generados y
profundizados desde el MAS.
¿Monumental Fraude Electoral?
Ahora, los resultados de las elecciones del pasado 18
de octubre, te permiten explicar de forma contundente los hechos sucedidos en
este último año, especialmente de octubre y noviembre del 2019. Primero que
nunca hubo un “fraude monumental” y segundo que existió un “Golpe de Estado”.
Hasta ahora, existen varias publicaciones, investigaciones y análisis que
sostienen, incluso, científicamente que no existió fraude y que dejan entre
dicho el informe de la OEA. Esta determinación de la OEA sobre las elecciones
de octubre del 2019, es la piedra angular de la retórica del “monumental
fraude” de políticos y analistas adversos al MAS.
El informe de la OEA se limitó a realizar una
auditoría del TREP, que no es un conteo definitivo ni legal, y con un universo
de análisis de 4.652 actas, que pertenecen a las zonas rurales. Según el
informe, se encontraron 226 actas “irregulares” de las 4.652 actas analizadas,
es decir, el 4.8% de 4.652 actas. Entonces, la OEA concluye afirmando que el
total de estas 226 actas, 0,24% del total de actas, son las que permitieron dar
la victoria al MAS en primera vuelta; pero, si suponemos que el total de votos
de las 226 actas, recordemos 0,24% del total de actas, corresponden a Comunidad
Ciudadana (CC), el resultado del proceso electoral es 46,83% para el MAS y
36,75% para CC, dando la victoria al MAS de igual forma. En ese sentido,
algunos hechos y los resultados de las elecciones del 2020 marcan serias
contradicciones en el accionar de la OEA y sobre las 226 actas que fueron
observadas como “irregulares” por tal organismo, en octubre del 2019. Primero,
la OEA respalda la suspensión del nuevo Sistema de Difusión de Resultados
Preliminares (DIREPRE) ante fallas técnicas; pero en 2019, el cuestionado
sistema TREP, recordemos no vinculante, sirvió para desacreditar un proceso
electoral y poner en vilo su transparencia; Segundo, las 226 actas observadas
como “manipuladas” concuerda claramente con los resultados obtenidos en el las
elecciones del 2020, según el Centro
Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (CELAG): https://bit.ly/3ov2N4K
Estos elementos confirman los estudios realizados por:
Jack Williams y John Curiel, MIT Election Data and
Science Lab; Francisco Rodríguez, economista, Universidad de Tulane; Dorothy
Kronick, politóloga, Universidad de Pennsylvania; y Nicolas Idrobo, estudiante de doctorado, Universidad
de Pennsylvania. Estos estudios,
publicados en el The New York Times y The Washington Post, sostienen que los
patrones de votación son perfectamente explicables. Por otro lado, si
realizamos un estudio comparativo sobre el comportamiento histórico electoral
en el tramo final de conteo, incluso en el referéndum del 21 febrero del 2016,
encontraremos que la tendencia del MAS deja de ser constante y comienza a
acrecentarse, esto es debido a que los votos rurales, que tradicionalmente
votan por el MAS, son más lentos de escrutar por la geografía e infraestructura
que cuenta.
El
24 de agosto de 2020, The Center for Economic and Policy Research (CEPR), en su
página web, publicó que en el informe final de auditoria de la OEA sobre las
elecciones de Bolivia, 2019, presenta un error fatal en el análisis de los
datos, donde los datos de las marcas de tiempos estaban ordenas
alfanuméricamente, ya que la explicación de la alusión de la OEA, “un cambio
drástico y difícil de explicar en la tendencia de los resultados preliminares”,
debía ser analizada en orden cronológico de los datos y no en orden
alfanumérico, para más información: https://bit.ly/35xoh8v
En
conclusión, en las elecciones del 2019 no existió fraude. El informe de la OEA
no aporta prueba alguna que pueda resultar definitiva para demostrar el
supuesto “fraude”. En efecto, los resultados de las elecciones del 2020, MAS
55,10% y CC 28,83%, corroboran que no existe otra explicación que no sea
efectivamente que el MAS sacó el 46,97% en las elecciones del 2019 y para que
logre el 55,10%, del 2020, jugaron otros elementos que más adelante
desarrollare.
¿Golpe
de Estado?
En
primer lugar, tenemos el rol de la Policía Boliviana a partir del amotinamiento,
8 de noviembre de 2019, aludiendo que dicha acción era un acto de protesta por
las precarias condiciones en las que se encontraba la institución verde olivo,
de esta manera, pidieron la renuncia del presidente Evo Morales. Este hecho,
ocurre en medio de protestas urbanas por el supuesto “fraude”, a nivel
nacional, donde el rol de la policía era necesario para mantener el orden
público y proteger los derechos constituciones de quienes no compartían la
realización de estas movilizaciones. De hecho, se pudo observar que la Policía
terminó subordinándose, por intereses, a los comités cívicos, quienes habían
aprobado el 100% de jubilación para la institución policial, en consecuencia,
los miembros policiales permitían y apoyaban cualquier acto que iba en función
de sus intereses: ausencia del orden público, quemas de casas de dirigentes y
autoridades del MAS, protección a grupos irregulares. Por lo tanto, La Policía
Boliviana termina trasgrediendo los Artículos 252 y 253 de la Constitución del
Estado Plurinacional de Bolivia (CPE).
Si bien el mundo durante el tiempo se fue
modernizando, también lo hizo los modos en el que se realiza un Golpe de
Estado, hecho que se estudia en la ciencia política y es conocida como
neogolpismo en el cual, entre varias características, podemos mencionar que el
simple hecho que el jefe de las fuerzas armadas pida
públicamente al presidente que renunciara, se trata de un Golpe de Estado
porque de por si la declaración conlleva una amenaza implícita de violencia, ya sea por parte del
propio Ejército o por parte de los manifestantes que no serán detenidos por los
militares. De esta manera, las FFAA incumplieron con la CPE, principalmente los
Art. 246 y Art. 247, donde se indica que esta institución no delibera y que
depende del mando del Capitán General del Estado (presidente). Por otro lado,
según la teoría, un Golpe de Estado no solamente participan militares, sino
también civiles e, incluso de forma indirecta, elementos externos a la nación.
Ahora, luego del Golpe de Estado, el gobierno de facto
y algunos analistas, con la ayuda de la corporatividad comunicacional
funcionales a las viejas oligarquías, propugnaron la teoría de que nunca hubo
un Golpe de Estado, arguyendo que fue una sucesión constitucional y por la
plena vigencia de la Asamblea Legislativa Plurinacional (ALP). Durante el paso
del tiempo, ninguno de los dos argumentos pudieron sostenerse por el mismo
accionar del gobierno de facto: Primero, no hubo sucesión constitucional porque
no se leyó las cartas de renuncia, según reglamento, del presidente,
vicepresidente y presidentes de ambas cámaras de la ALP, debido a que no se
permitía ingresar a Plaza Murillo a los legisladores; Segundo, la vigencia de
la ALP siempre fue virtual o algo simbólico, debido a que las leyes aprobadas
por la Asamblea era cumplidas en tanto convenga al poder ejecutivo,
incumpliendo en muchos casos lo que señala los Artículos 164 y 165 de la CPE.
En todo caso, como ya se señaló las nuevas formas de dar Golpes de Estado como
el neogolpismo, lo que ocurrió técnicamente en Bolivia, no se rigen o no se
caracterizan, en términos absolutos, a las formas que tradicionalmente se daban
los Golpes de Estado.
https://bit.ly/3e31rJz Militares colocando la banda
presidencial a la “sucesora”,
imagen simbólica del Golpe de Estado.
¿Por
qué ganó la Luis Arce Catacora?
El
accionar de la derecha conservadora en el poder coadyuvó de forma inconsciente
en el reposicionamiento del MAS. El mal manejo económico y de la salud, con más
de 8000 fallecidos víctimas del Coronavirus, demostraron en unos cuantos meses
un nivel de incapacidad de gestionar la cosa pública, no por nada los
analistas, después de conocer los resultados de las elecciones del 2020, a
manera de justificar sus análisis inequívocos y pretenciosos de “Voto Útil”,
responsabilizaron al gobierno de Añez por sus innumerables desaciertos
políticos y hasta llegaron a sostener, lo que muchos ya sabían, que el gobierno
de Añez es el peor gobierno de la historia de Bolivia, comparándolo con el
gobierno de Luis Garcia Meza. En efecto, ya se puede tener una idea de por qué
el más gobernó los 14 años con una oposición incompetente sin propuestas, sin
argumentos y sin un proyecto de país. Por otro lado, los hechos de corrupción
demostraron que la derecha, apenas tuvieron la oportunidad de estar en el
poder, no había cambiado nada de lo que era en los años 90, que mantenía los
mismos vicios y falta de capacidad de entender y leer a Bolivia más allá de los
centros urbanos.
El
gobierno de facto, conjuntamente con toda la derecha de Bolivia, se encargó de
refrescar la memoria a la población boliviana, pero particularmente a los
sectores populares, campesinos, obreros, la nueva clase media y de aquellos
desencantados del MAS. Les refrescaron la memoria de lo que significa tener un
gobierno de derecha, que trato de instaurar el modelo económico neoliberal:
sometiendo al estado a las políticas del FMI, reduciendo el tamaño del estado,
reducción de la inversión pública, desregulando el Sistema financiero (encaje
legal y tasas de interes), concesiones a privados en detrimento de las empresas
nacionales, nuevas formas de privatización con modificaciones de contratos y
nombramientos del CEO en función a los intereses de las transnacionales (YPFB),
aplicación del método de Harvard Bon-Sei (aplicado por Doria Medina, 1992) en
las empresas estatales (BOA y Teleférico) y el cierre directo de la planta de
UREA. Estas medidas, que no correspondían a las funciones de un “Gobierno de
transición”, estaban en contra corriente a lo que el mundo estaba realizando en
materia económica, donde el estado debía asumir mayor protagonismo en la
intervención sobre la economía y, por otra parte, salir al rescate de las
empresas privadas, algo totalmente cuestionable porque cuando el estado
necesita de las empresas e inversión privada estas brillan por su ausencia. Es
decir, todas las medidas tomadas por el estado militar policial, especialmente
durante la cuarentena, fueron en desmedro del sector popular.
Ahora
bien, las lecturas de la realidad tanto del MAS y de sus adversarios fueron
totalmente distintas. Por un lado, el MAS hizo una lectura correcta de los
sectores en el cual debía consolidar sus votos, hubo la capacidad de interpretar
donde se estaba generando y focalizando estas nuevas necesidades económicas y
sanitarias, producidas por la pandemia; Por otro lado, CC se limitó a confiar
en los centros urbanos donde se creía que “los pititas” era la mayoría
hegemónica del País, esta miopía refleja un problema más profundo que una
simple interpretación sobre la clase media, alta y blancoide, como que no
pueden ver más allá de sus círculos sociales en las que se relacionan y que
Bolivia es más grande que un barrio burgués; sino, que aún persiste aquel
pensamiento colonial, donde buscar la ascendencia social y mantener estilos de
vida o lugares privilegiados, han llevado que la clase pudiente se distancie de
los otros grupos sociales históricamente mayoritarios (Clase media baja, popular
o la muchedumbre mestiza, según Guillermo Lora), se puede decir, que se
distanciaron de Bolivia.
La
estrategia electoral del MAS, durante su campaña, terminó apuntalando su propio
voto duro, recuperando los votos de aquellos desencantados del MAS y seduciendo
al voto indeciso. Esta campaña fue llevada a cabo en los sectores circundantes
y periurbanos de la ciudad, sin mencionar que también visitaron municipios, es
decir, existió un real contacto con la población, como debe ser una campaña. En
la vereda del frente, la campaña en términos de movilización se limitó a los
centros urbanos, sobrevalorando la idea del “Voto Útil”.
En
lo discursivo, mientras el MAS planteaba soluciones, como propuestas, a una
gestión que estará signada de una crisis económica (Desempleo, reactivación del
aparato productivo y la demanda interna, deuda externa, déficit fiscal, etc.), estrategia discursiva bastante obvia. En cambio, Carlos Mesa, Luis
Fernando Camacho y demás apostaron por un discurso contra el MAS, según ellos,
el óbice de la democracia. En ese sentido, sin poder encontrar una fórmula
única electoral anti masista, hasta se llegó a discutir quien había hecho más
para provocar la salida de Evo Morales, hecho que raya la falta de respeto que
se tiene hacia el electorado boliviano por la falta de seriedad e inteligencia.
En
consecuencia, este discurso contenía una miopía racista, donde no llegaron a
entender o su sentido de clase no les permite entender, que no solo se
hostigaba contra el MAS, sino también contra todo un tejido social complejo que
caracteriza a Bolivia. De esta manera, se relacionó a este tejido social
complejo como simples masistas, por ende, hordas salvajes e ignorantes que no
son racionales, así, justificando porque estos sectores votan y apoyan al MAS; Por
otro lado, también existió una forma de violencia simbólica cuando se procedió
a quemar wiphalas y agraviar a las mujeres de pollera. En los hechos, este
accionar de la actual oposición fue un elemento unificador de los movimientos
populares, indígenas, campesinos y de aquellos que no se identificaban con el
gobierno de facto.
El
análisis del “Voto Oculto”, era evidentemente clara, pero analistas y
encuestadoras preferían pergeñar sus análisis hacia otra dirección, porque de
hacerlo de forma real y consciente entrarían en contradicción con el correlato
discursivo de un estado democrático, no racista y no clasista. Es decir, el
voto oculto y silencioso, encuentra su explicación en una coyuntura totalmente
intolerante en el que se encontraba Bolivia, donde se estigmatizaba el hecho de
ser masista o identificarse como masista era sujeto a insultos, injurias y
calificativos de toda índole. La no aceptación de esta realidad llevo a
realizar encuestas y conjeturas totalmente distorsionadas a la realidad o muy
alejadas a lo que se percibía en las calles.
Resultaría
bastante injusto, si no menciono la figura de Luis Arce Catacora, conocido
mundialmente como el padre del milagro económico de Bolivia, aunque a muchos no
les agrade la mención, la realidad es que Organismos Internacionales elogiaron
el manejo, principalmente, macroeconómico de Bolivia. Incluso, debemos añadir
que el candidato del MAS resultó ser versátil cumpliendo con el Índice de
Greenberg, clave en campañas electorales: que la gente la sienta cercano, que
la gente lo sienta capaz y que la gente sienta que habla de sus necesidades.
Según Max Weber, un político debe tener tres virtudes: pasión, sentido de
responsabilidad y mesura, entonces, también hay que analizar a Luis Arce de ese
modo. Todo esto sin olvidar lo importante que es tener carisma, pero natural,
algo que definitivamente sobró en el candidato del MAS y que faltó en el
candidato de CC.
En
conclusión, la victoria contundente de Luis Arce Catacora es el retorno a la
democracia, dejando en claro que resulta pueril seguir sosteniendo el discurso
del “monumental fraude”, “lo democrático del Voto Útil”, “la existencia de
gobernabilidad en un Gobierno de Pacto” y “14 años de fraude”, retóricas que
aún se utilizan en los ámbitos académicos, como universidades, donde se sigue
tratando de inyectar mística a los “21 días” y “La revolución pitita”, que
semánticamente no tiene nada de revolución y que solo fue la restauración de
los modos racistas y coloniales, donde se tiene la concepción que hay muertos
de primera y muertos de segunda, haciendo alusión al silencio comunicacional y
la falta de empatía sobre las masacres, las más indignantes, de Senkata y
Sacaba. En los hechos, los que forman parte, apoyaron y apoyan al movimiento
pitita solo provocaron que Bolivia se encuentre con un desgobierno total, en
una situación mundial crítica.
En
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Carlos Monedero
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